
Nos entristece profundamente compartir la noticia del fallecimiento de Wink Martindale, el querido presentador de concursos conocido por programas como “Tic-Tac-Dough” y “Gambito”. Su cálida presencia en televisión fue un elemento esencial para muchos, llenando de emoción y alegría innumerables hogares.

Wink no era solo una cara familiar en la televisión; era la voz reconfortante con la que muchos crecimos. Todos recordamos la emoción de “Tic-Tac-Dough”, la emoción de “Headline Chasers” y la energía de “High Rollers”. Pero había algo particularmente especial en “Gambit”. El encanto único de Wink hacía que los espectadores se sintieran parte de algo extraordinario.
Nacido como Winston Conrad Martindale el 4 de diciembre de 1933 en Jackson, Tennessee, Wink comenzó su carrera en la radio a temprana edad, pinchando discos como disc jockey a la tierna edad de 17 años, ganando 25 dólares a la semana en WPLI en Jackson.
Wink contó la historia de cómo obtuvo su famoso nombre en una entrevista de 2014 con ABC News: Un amigo de la infancia no podía pronunciar “Winston” y lo llamaba “Winky”. Con los años, se transformó en el nombre que todos conocemos: ¡Wink!
Wink no se limitó a ser disc jockey. Su debut televisivo en “Mars Patrol”, un divertido programa infantil, marcó el comienzo de una legendaria carrera en el mundo del entretenimiento con cámaras.
Su gran oportunidad llegó en 1972 cuando presentó “Gambit” en CBS. Este papel se convirtió en un punto de inflexión en su carrera, que duró cuatro maravillosos años.
Wink y Elvis: Un vínculo especial
Antes de convertirse en un ícono de la televisión, Wink presenció un momento crucial en la historia del rock and roll, gracias a su amigo Elvis Presley. El 10 de julio de 1954, mientras realizaba una visita guiada por los estudios, Wink notó que los teléfonos no paraban de sonar durante el programa de su colega Dewey Phillips. ¿La razón? Un nuevo tema de Elvis Presley, “That’s All Right”, cautivaba a los oyentes.
Grabada apenas unos días antes, esta canción tuvo un éxito rotundo. Como el joven Elvis no aparecía para una entrevista, Wink tomó la iniciativa llamándolo a casa. Cuando su madre le aseguró que estaba en el cine, Wink la instó a que lo llevara al estudio, lo que resultó en una entrevista memorable que Elvis, de haber sabido que estaba en directo, afirmó que no habría podido realizar debido a su timidez.

Esta entrevista no fue sólo una pequeña anécdota; jugó un papel crucial en el lanzamiento de Elvis Presley a la fama, con Wink allí mismo en el comienzo de todo.