De viaje con su familia de acogida, adolescente huye para encontrar a su verdadera familia tras ver una vieja señal – Historia del día

Eric, de dieciséis años, se escabulle de su familia de acogida en un viaje de acampada, desesperado por encontrar a su verdadera madre y las respuestas que siempre ha ansiado. Pero al enfrentarse a duras verdades sobre el pasado y lo que significa realmente la familia, su viaje da un giro que nunca vio venir.
La familia Johnson conducía por la sinuosa carretera, con el auto lleno de charlas animadas y las risitas ocasionales de Mila, que se contoneaba en su asiento infantil con los ojos muy abiertos por la emoción.

El señor Johnson miró por el retrovisor, captó la mirada de Eric y le dedicó una cálida sonrisa. Eric intentó devolverle la sonrisa, pero no podía deshacerse del nudo de preocupación que sentía en el pecho.
Ya tenía casi dieciséis años y comprendía cuál era su lugar en la familia, o al menos eso creía. Los Johnson lo habían acogido como hijo adoptivo cuando tenía doce años. Le habían dicho que era de la familia, aunque no fuera hijo de sangre.
Durante años, le habían tratado con una amabilidad que nunca había conocido, mostrándole lo que se sentía cuando te cuidaban de verdad. Pero ahora, con Mila, su propia hija, las cosas eran distintas. Eric se preguntó si seguirían queriéndole, ahora que tenían un hijo propio.

La mirada de Eric, sin embargo, se dirigió al otro lado de la carretera, donde colgaba un viejo y desgastado cartel de cafetería, descolorido y agrietado. Una extraña sensación se agitó en su pecho al mirarlo, una extraña sensación de familiaridad que no podía ubicar. Metió la mano en la mochila y sacó una fotografía desgastada, lo único que le quedaba de su pasado, de su verdadera madre.
En la foto, el bebé Eric estaba junto a una mujer, su madre biológica, con un cartel al fondo igual que el de la gasolinera.

La Sra. Johnson se acercó y vio que Eric miraba algo que tenía en la mano. “¿Está todo bien?”, le preguntó amablemente, con voz cálida.
Eric se metió rápidamente la foto en el bolsillo, forzando una pequeña sonrisa. “Sí, sí, todo está bien”, contestó, intentando sonar despreocupado.
El Sr. Johnson llamó desde el auto: “¡Muy bien, familia! Hora de volver a la carretera”.
Eric echó un último vistazo al cartel de la cafetería antes de volver al coche con Mila y la Sra. Johnson.

Al cabo de una hora, llegaron al camping, una zona tranquila y boscosa rodeada de árboles altos y el susurro de las hojas. Eric ayudó al Sr. Johnson a montar las tiendas, sin hacer ruido, con la mente todavía en la foto.
Después de cenar junto a la hoguera, la Sra. Johnson y Mila se fueron a la cama. El Sr. Johnson miró a Eric. “¿Te vas ya a la cama?”.
Eric negó con la cabeza. “Me quedaré despierto un poco más”.
El Sr. Johnson asintió. “No te quedes despierto hasta muy tarde. Mañana hay una gran excursión. ¿Seguro que estás bien, hijo?”.